viernes, 16 de agosto de 2013

Antes y Después del amor




1
Mis manos guardan un nido de gaviotas
He seguido los desagües, los compases de un tango
las riendas del mediodía.
He seguido la pasión; con sus hojas de humo
y de bocas carnosas
He tejido la trama, la emoción,
los dulces senos guardándose el ocaso

como si atraparan un circuito lunar
He seguido las pausas y las elevaciones
de viejos versos ventilándose
por compasión y por burla
He ido y venido desde la materia,
bronceando mi piel He clavado palabras como estacas
- soberbias o serviles -  
con su escote bordado y un rictus diamantino
para no verme agonizar poco a poco.
He tomado distancia como un infeliz con los pies descalzos
sobre mi pasada inocencia
Mis manos guardan un nido de gaviotas
2
Vengo de huir de los parásitos, los duelos,
entre sollozos extraños
por  existir en lo ajeno, lo renegado, lo sórdido
lo silencioso
Vengo de ser violada, de beberme la sangre de las piernas
de subir las escaleras del infierno
de ser cuerpo y razón y mísera esperanza
Vengo de atar cabos
de hacer revoluciones, panfletos, discursos de harina
para dar aliento y sostén a los huesos
Vengo de ser desconocida
entre los puros poetas de lágrimas celestes
Vengo de todos los suicidios, de todas las traiciones,
de la torpe mentira
De la palabra muerte y de la palabra hombre
y de las palabras “tampoco volverás esta noche”
Vengo de Enero,
de respirar abriles, ser Septiembre
recogiendo flores sobre un lecho de piedras
Mis manos guardan nidos de gaviotas
3
He llegado hasta aquí, con mi tristísimo amor
amor de lápida y de sombra, de rosa innecesaria
amor de silencio y de fatiga,
un pobre amor trepando la alta duna
Oscuro amor, cerrada tarde de agonías
con su cintura rota en la noche que llega
cruzando donde nadie cruzó
donde fuimos más anchos
que la anchura del mar
Oscuro amor -  pequeños pies cansados -
entre yuyos y latas vacías
pequeño amor subiendo las dunas escaldadas
con las alas dobladas sobre el pecho
Amor de nunca nombrando la palabra nunca
diciendo nunca
Mis manos guardaban un nido de gaviotas y
mi corazón de plumas que te arrullaba.

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