“…donde la palabra no sea simplemente
un signo para hablar
sino también para callar…”
Roberto Juarroz (1-XII)
Insignificante es la erudición de la luz
y la caricia constante de un latido
cuando se cae la noche.
Ella de nuevo. Ella sin bordes
sobre un papel de espantosCarbón sus ojos y su mirada carbón
No se permite nada más que la oscuridad del silencio
o solo el silencio de la oscuridad está permitido
si vieras …
el blanco es un color prohibido
y en las narices de un búho
reptan azules camufladas las risas
de los muros las esquinas las veredas y cornisas
Es imprudente contar secretos entre las ramas del sauce
y nadie se atreve a recoger los signos de preguntas
cuando el río desborda de hojas que se suicidan
Lagrimea el aire y sube
escalando el tiempo entre suspiros roncos
y al llegar a la cima
las palabras
brotan de sus manos
y rellenan los huecos de la siesta
Hay pájaros que enmudecen con las horas
(sólo pueden ser oídos deshojando una margarita)
- “juguemos a la ronda mientras la luna no está -
- ¿luna estás?”- Y empujan;
las sombras empujan la tarde
hasta hundirla en el vientre del ocaso.
Ovillo tras ovillo los sonidos
ya destejen los versos del alba
si vieras …
Carbón sus ojos y su mirada carbón
Sobre un papel de espantos
ella sin bordes. Ella de nuevo.
Cuando se cae la noche
y la caricia constante de un latido,
insignificante es la erudición de la luz..
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