sábado, 26 de marzo de 2011

No hay caricias



Milonga en los rosales,
demoradas espinas entre los ojos búhos,
rompen el grueso instante en q demoras la muerte.
Dicen las sombras del crepúsculo q solo cuervos
hay entre la fronda verde de tus manos.
Y cada trozo de mis entrañas
se estremece
al oírte suspirar bajo la tierra que cubre tu recuerdo.
Hazme un favor: despídete del viento.
No hay caricias;
sólo bordes afilados en mi boca.




1 comentario:

Maria dijo...

Contundente, como me gusta esta manera de decir, asi, sin miramientos ni compasion.
Abrazos.