Se esconde un verbo
en las palabras hambrientas de respuestas;
se arrastra en las papilas de una lengua.
Como un murmullo de violines
sobre un resto de alelíes.
Como un murmullo de violines
sobre un resto de alelíes.
Fluye, en un suspiro de piedra;
inclinado sobre el borde filoso de un misterio,
oculto bajo la forma del condenado
- como la oscura verdad de un lamento -
y así, forja los propios gestos,
oculto bajo la forma del condenado
- como la oscura verdad de un lamento -
y así, forja los propios gestos,
persuasivo,
abierto a la evidencia de un sueño
sobre el agua, las hojas, la tierra.
¿De qué otro modo, sin verbo,
podría fluir una naturaleza primitiva?
podría fluir una naturaleza primitiva?
Es el verbo quien desarregla los sentidos,
reincidiendo en la aureola de las luminarias,
impulsado en espiral desde las entrañas;
desatinado,
reincidiendo en la aureola de las luminarias,
impulsado en espiral desde las entrañas;
desatinado,
como un trompo sobre un muro de palabras huecas.
Humedece los dulces jadeos de la arena
sobre una playa virgen
y se enciende;
distraído,
arrinconado en una suave tormenta de llanto.
Puede oírse claramente,
Puede oírse claramente,
con eco, con voces, concurrente
-giros y giros sonámbulos-
cayendo desde los áridos lagrimales.-
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