Le doy vueltas a
un poema
que para no rendirse
se oculta en los arbustos
(Vulneraste con tu ausencia
el oficio de mis días)
Hay un ruido amorfo en ese lugar;
acaso evidencias de sangre
que echan raíces
a partir del
menguante
en que la noche
- grosera -
es
solo tuya
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