dos moscas se retuercen entre los restos de un plátano.
Hay un silencio concebido bajo la luna rosa de una calle sombría
y yo, charco de aceite entre el morbo, demoro el camino.
La floración esparce plumas secas de pájaros insomnes,
en los patios, los balcones y terrazas;
los humanos se esconden en su madriguera
y los animales hacen shopping,
en un paisaje redimido, lujurioso
Un terco remolino duele en las pupilas
y un prolongado nosotros,
tiembla y grazna entumecido
¿Qué paisaje de cuento verdea en tus sentidos?
El fastidio es ahora la moda de la época;
cubre de llagas la soledad de la piel.
Sobre la hornalla, burbujea el arroz y las horas
Observo el sol a través de la ventana, su mano cálida
acaricia las hojas de los libros, de las plantas y
se queda un rato en mis mejillas extenuadas
Los atardeceres andan sonámbulos.
Los dedos bailan su tango de impaciencia;
Todavía no entienden
qué está prohibido rascarse.
Siempre distantes los unos de los otros,
desterrados a la brevedad del relámpago
entre las insalubres formalidades del ahora
(Abril 2020)
#safecreative
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