Permanezco quieta

Desconcierto

Permanezco quieta,

entre sombras

diluvios,

hurones salvajes

comiendo de mi mano;

 la mirada porfiada

rodando en las pupilas

Me desperdicio a mi misma  me acreciento

Soy mi envejecida luz,

mi noche vieja

Atesoro el fandango melancólico

del búho;

él se revuelve en la oscuridad

yo copulo con la ausencia

y permanezco quieta

Nostálgico

añoro aquella chispa

- nostalgia de escuchar tu risa loca -

aquella armonía sin vergüenza

al establecerme en  esos ojos

la primera vez

- y sentir junto a mi boca -

vagabundeo en la resolana

de una distancia

contenida en mis labios

- como un fuego tu respiración -

Perdono y me sumerjo

en los huecos tupidos

de un diluvio con tropo -

 - llora mi alma de fantoche

Nostálgica nostalgia

sedentaria

libre

hipocondríaca

- y más te vuelvo a recordar

  

Punzadas

Sacudo las mañanas y me guardo

cada optimismo que va

cayendo  -  en grumos -

de escuálidos crepúsculos

me fricciono con ellos la impaciencia

Desconcierto II

(Me revelas que bajo la noche

de tu anhelo habita un pájaro).

Y desconfío de los íntimos, íntimos

entrañables climas.

Igual que desconfío de las palabras que enciendes por la noche

En tu vida se esconde un pájaro

Vagabundo,

no vidente pero apto.

Ternuras que regresan al presente –arruinadas -,

y esa cosecha de recuerdo

inapelable y perpetua.

Nostálgico II

el suspiro suelta

su testimonio desenfrenado

(un enorme azar clandestino)

y más tarde silencio;

encierros líquidos

necesidad

telones minerales

 

tan atrevido el presente

tan transparente el tormento

de la manoseada silueta

de una fotografía

Punzadas II

Callar es una censura pródiga

de barnices

cuando el silencio habla

y hablar 

una correspondencia apócrifa

cuando se dice nada

(porque no me resigné

a que dijeras nada

      y te hablé con el silencio)

los huecos del día se desbandan

y dañan

las más sutiles evidencias:

las vuelven sucias

astillas

del nosotros.

Punzantes