Hace frío. Pasa
el tiempo y se almacena
en la
barriga
Fuera de la
cama se desliza un iceberg
y el gato
del vecino, una mota de pelaje blanco y ojos de limón
maúlla en
la ventana. Se cree Pavarotti
Permanece
observándome.
Maldito fisgón;
envidia mis calorías, mi fiebre
Algo arde sí,
gruñendo como un tronco podrido.
Es algo extraño
tener fogatas en la barriga
Una parte
de mí quiere sexo
y la otra
un helado de menta granizada
Alguien está
golpeando las paredes con un balón de rugby.
Es un ruido
curvado que se atrinchera en los zócalos
y me rebota
en las sienes
Pero no es
la migraña lo que me aburre.
Es la
abstinencia camuflada entre la frazada
y el
cobertor.
Recuerdo
vagamente
que guardé
crisálidas en los bolsillos de mi pijama;
es un buen
momento para un té de mariposas
Con miel y bicarbonato
Pavarotti, el
gato, ronronea. ¿me lee el pensamiento?
A lo mejor sabe
que el invierno me provoca
#safecreative
PoemasSueltos 2019
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