Figuras Improvisadas

Muero de risa curioseando el vecindario 

El adjetivo “chusco” se descompone entre las cercas.
Ahí está ese pibe, atontado, mascando chicle
(¿o será otra cosa?)
Disocia los labios en una mueca muy Jim Carrey
en Tonto y Retonto
Y la vecina hippie que parlotea por teléfono y eleva
la voz como si ensayara ópera;
me hace acordar a Simón y Tumba
cantando Hakuna Matata
Los viernes el jardinero trabaja incansable,
vestido como si Neil Armstrong le hubiera prestado el traje;
un zapallo calabaza bailando tango con la podadora.
Que se yo, es la imagen que provoca mi alelo de artista
El “toque de queda”, los andamios de albañil oxidados,
el mito de la abstinencia, la hipocresía:
el aburrimiento que copula con la épica.
(mañana será otro día
y todavía las palomas chillan entre los pinos:
densas, espantosas)
Figuras improvisadas
zumban junto a mi oído y también yo doy vueltas
La mitad de mi cuerpo se esconde detrás de un biombo
(amo jugar a ser Charles Chaplin)
en la insignificante claridad del mediodía