martes, 2 de enero de 2024

Fuera del mapa del cielo

Estoy en la zona en que se caen los crepúsculos,
como telones en el escenario de un teatro
El silencio de la mañana se detiene en mundos
envueltos con fundas de lavanda.
Los viejos dejan mensajes secretos debajo de los armarios
para que los recuerden en la paz de los domingos
Dejo escapar suspiros en espiral, fragmentos de besos

 y guardo llaves secretas 
para lucir mi vejez y no cerrar los ojos
cuando venga el cuco.
Sospecho de esa sucesión de cuentos chinos, inquietudes,
cáscaras de chía, ardores, pausas
o finales de pabellones blancos en un pueblo fantasma.
En la confusión de las nanas se oyen quejas de ausencia
Transcurren siembras de nostalgia,
siembras del viento con sus huellas de tierno pretérito,
semblantes de nostalgia en carretas de palo
con rumbo a tierras absurdas.
El día se hace carne en la piel desolada
fuera del mapa del cielo
El mate de la mañana se aburre en las manos de un vecino
amurallado detrás de las rejas de su balcón
Hay una calentura de precios que irritan las pupilas;
timbres y botones que le dan náuseas al cartero
y al sodero y a doña Rosa
que husmean en el barrio entre silbidos, ofertas
y trastos de inconsciencia; no hay más mundos
que las esquinas del nido.
Tanto yo perdido
tanto yo que habla solo.



@derechos reservados
2023

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